miércoles, 19 de agosto de 2009

Nueva York; ¡ Maravillosa y complicada !

La última vez que estuve en los Estados Unidos fue en mi reciente viaje vacacional de 10 días, para participar en los eventos programados por los puertoplateños ausentes residentes en Nueva York, los cuales desarrollaron dos interesantes actividades en las que pude saludar a compueblanos a los cuales tenía más de 30 años que no veía. Sentí una inmensa alegría cuando abracé al Padre Ricardo Potter, el cual era el párroco de la Iglesia Episcopal, a Huguito Medrano, el cual era guía de los Boys Scouts, por allá por los finales de los años cincuentas y a muchísimos más a los cuales tuve que verle bien la cara para finalmente reconocerlos.

También aproveché el viaje para visitar a mi familia en New Jersey y Boston, los cuales constituyen, junto a esta ciudad, los estados más poblados de dominicanos en USA.

El título que encabeza este escrito se debe a que Nueva York, como toda inmensa urbe, con sus 19 millones de personas viviendo apretujadamente, tiene muchos lugares de interés que se pueden visitar, pero para poder hacerlo adecuadamente, hay que contar con todo el tiempo del mundo, cosa difícil para un turista.

Pero también, al ser tan inmensa, presenta problemas a los cuales, los que vivimos en pueblecitos como el nuestro, se nos hace difícil acostumbrarnos : por ejemplo, el calor que se agarra en estos meses de verano, las grandes distancias que hay que recorrer al hacer cualquier diligencia, los alimentos chatarras que hay que comer con elevado colesterol por pipá, etc., etc…

Miren, el calor que cojí cuando iba a tomar El Metro fue el más intenso que he experimentado en mi vida. Y eso, que yo sé de calor, porque trabajé durante casi un año en la selva del Amazonas, donde la temperatura a la sombra durante los meses calientes, sube hasta 40 grados. Pero éste que se coge en esos túneles, es sofocante hasta el extremo. Más bien parecen hornos para asar personas.

¿Y la caminada que tuve que dar? Después de agarrar el metro o un autobús durante una o dos horas, tenía que comenzar a cruzar cuadras inmensas para poder llegar al lugar que iba visitar y eso me hacía sudar la gota gorda. Creo que bajé más de 10 libras de peso durante esas jornadas de ejercicios involuntarios. Ahí me di cuenta los importantes que son los moto conchos. Los extrañé muchísimo. Miraba para todas partes a ver si veía alguno y qué vá…no se asomó ninguno. Sólo una motocicleta gigantesca montada por un jipie barbudo y vestido como se hacia en los años sesenta, aparecía de vez en cuando, los cuales no le dan bolas a nadie. Me sentía tan cansado que estaba dispuesto a darle hasta 5 dólares –equivalentes a 175 pesos- para que me llevaran hasta el sitio que yo iba, pero por más señas que les hacía no se paraban.

La comida : ay, mi madre. Antes de salir del apartamento por la mañana, tenía que comerme un plato de comida, porque allá no se sabe cuando va a ser la próxima vez que se coma. Yo, que normalmente no desayuno, porque mi trabajo no es abrir zanjas, ni pegar blocks, ni doblar varillas, ni manejar patanas, tenía que ajustarme un viaje de mangú con huevos fritos y un vaso de leche tempranito, porque cuando venía a ver, caminando por la ciudad, ya eran las 6 de la tarde y tenía tanta hambre que me comía lo primero que apareciera en el camino, sea una hamburguesa, un sándwiche, un perro caliente o una carne frita, cosas que a la larga, afectan la salud. Eso si, cuando cenaba en un restaurante, la cantidad de comida que ponían en unos platos inmensos era como para cuatro personas.

Pero lo peor de todo, es lo estricto que hay que ser con el cumplimiento de las leyes. La cantidad de cosas que están prohibidas allá me pusieron casi loco

Allí nadie se atreve a cometer una falta, porque de inmediato lo apresan con esposas y todo. Mi hermano mingo dice que esto aquí es una dictadura con la nevera llena de comida…

No se le ocurra estacionarse un centímetro encima de la raya amarilla que hay pintada, porque de inmediato viene una tiquera (policía que casi siempre son mujeres) y le pone una multa.



Pero, con todo y eso, Nueva York me gustó. Es una gran ciudad a la cual hay que ir para saber lo que es el mundo. Allí hay de todo y hay gentes de todas las partes del mundo. Cuando puedan ir a USA, no dejen de visitarla.


rafelsantana@codetel.net.do

La Precundia

La Precundia.

Por Yaqui Nuñez Del Risco


La primera vez que oí esa palabra fue en una pegajosa y sureña canción de Félix de Oleo que contaba la historia de un hombre al que lo mató la precundía. En varios diccionarios, busqué inútilmente datos sobre su significación. Y, vaya sorpresa, encontré lo que buscaba en una publicación digital criolla: el periódico El Faro, originado en Puerto Plata. Allí, un artículo del doctor Rafael Santana me revela que la precundía es la experiencia desagradable de tristeza y sufrimiento acompañada de pérdida de interés y de la capacidad para disfrutar o trabajar que puede sufrir una persona. La precundía es un estado de depresión que llega después de un impactante evento, una pérdida sensible, y es como morir en vida. Y, a veces, mata. Ojalá que el impacto de la crisis que hoy deprime al país no deje dominicanos muertos por precundía. Que no cunda la precundía

lunes, 20 de julio de 2009

Poema A Duarte

Busco entre mil letras sueltas
Encajar un par de palabras
Que me ayuden a expresar
Tu inmenso amor por mi Patria

Mas no logro encuadernar
Cien lágrimas en el Exilio
Rosas que adornan sus trenzas
Laureles por los pasillos

Ni el llanto de Libertad
En un corazón enamorado,
De un rojo, un azul y un blanco,
Y de un Pueblo desesperado!

¿Cómo dibujo un papel
Que compromete el honor
Que nos jura la Independencia
Que entrega la vida, por un solo clamor!?

¿Y si intentara una canción
Que grite vivo aquel Secreto
Que se hizo eco de una sola voz
Un 27 de febrero?

Dime! Amante de mi Patria
Si como Tu no hay ninguno
Pues con Dios, la Patria y la Libertad
Lograste hacer de tres, solo uno!

¿Cómo expreso la pasión
De hombres bravos y justos
Que entregaron su vida por amor
Y el ideal de un sueño profundo?

Que hicieron realidad
Que hoy cantemos con orgullo
Nuestro Verso de Libertad
De Pueblo intrépido, fuerte
Que no será jamás vestido de luto!!!

Dime! pues busco entre mil letras sueltas
Encajar un par de palabras!
Pero es imposible expresar
Este amor que inició en ti
Y que no muere...
Que está vivo y no se pierde!
Nuestro amor por la Patria!

viernes, 17 de julio de 2009

¿Doctor, entonces me voy a quedar rullío, mordío y sin un chele?

Todo el día lo había pasado curricaneando a alguien a quien pudiera arrancarle unos pesos para comer y no había tenido suerte. El sol había radiado calor durante toda la faena con una intensidad que lo hacía sudar. Ya había recorrido inútilmente todas las rutas por donde transitaban los políticos a los que podía picar y nada...

El tenía muchos amigos en todos los partidos y movimientos. Hasta en los de la izquierda. Aunque estos últimos siempre estaban quebrados y no valía la pena perder el tiempo con ellos pidiéndole algo. A los que les sacaba más provecho eran a los que estaban gobernando o a los que creían que ganarían las próximas elecciones, que son casi todos. Por supuesto que estos últimos eran aprovechables sólo durante los últimos 6 meses de campaña electoral, que -gracias a Dios por ello- en el país habían decidido realizarlas cada 2 años, por lo que casi siempre había tiempo de zafra, y se picaba bien.

Pero ese día parecía ser el peor del año, porque ya había estado frente al ayuntamiento esperando al síndico y nada. Tampoco aparecían ni el tesorero, ni ningún regidor, que nunca se les negaban. Había estado en las oficinas de Coraaplata, esperando al ingeniero y tampoco tuvo suerte. En los dos muelles, en Obras Publicas y nada… Estuvo en la Beller con Separación durante varias horas y no pasaba nadie que lo amparara… todos se habían esfumado ese día y parecía que ya no conseguiría lo del pollo frito y la brugalita para dormir. El había sido compañero de muchos de ellos en la escuela, pero por razones de desinterés en los estudios no pudo terminar el bachillerato. Estando en primero de bachillerato había montado una rifa de aguantes y le estaba yendo bien, por lo que pensó que no perdería más tiempo estudiando.

Ya el hambre lo estaba mareando y un golpe de sazón que le llegó a la nariz desde el puesto de riquitaquis de la Duarte, lo empeoró. Recordó que a esa hora llegaba el gobernador a su casa, por lo que decidió ir allá. Quedaba algo lejos, pero ese sí que no le fallaba nunca porque era un hombre popular. Iba pensando en la historia que le haría, porque tenía que ser diferente a la anterior. Gracias a Dios que tenía buena memoria, lo que le permitía no repetirle el mismo cuento. Ya había enterrado a todos sus tíos y tías y no podía decirle que necesitaba comprar lo que se necesitaba para el velorio. Ya había enfermado gravemente como 10 veces a su madre y el cuento de las medicinas se le hacía cada vez más difícil. Siguió pensando en qué cosa decirle. Tenía que ser impactante para que lo conmoviera mucho y lo que le sacara del bolsillo, fuera jugoso.

La casa lucía solitaria y silente. No se veían los policías que normalmente cuidan el área. Una corazonada lo hizo casi llorar : -Ese hombre no está ahí, caramba- pensó, chasqueando los dientes - ¿y ahora, qué hago? - Se sentó en la acera del frente durante un rato, cuando de repente se les iluminaron los ojos.

--¡Doctor, Doctor, mi padre, mi pana, cuanto tiempo que no lo veía. Dios me le dé larga vida a usted y a todos sus hijos! -¿Cómo se siente? Usted se ve muy bien de salud. Caramba mi dóctor, que alegría me da verlo. Mire, estamos ganados, ese triunfo no nos los quita nadie. Sólo Dios podría cambiar las cosas y él no se mete mucho en política- me dijo teatralmente -Mire mi carnet, siempre lo llevo encima –me lo mostró, pero por poco se equivoca al sacarlo de la cartera, porque tiene uno de cada partido. -Oiga, mi doctor, tíreme algo para la comida de mis hijos. Mire la hora que es y todavía no le he llevado nada-Siempre le había dado algo para cumplir con sus habladurías. Se acercó a la puerta de la casa para ayudarme a abrirla, cuando yo aún no me había bajado del vehículo y de repente, una chauchau media loca, que cuida la casa, metió la cabeza por las rejas y lo mordió en una pierna. El grito de dolor fue espantoso. Tuve que retroceder, montarlo en mi vehículo y llevarlo de inmediato a la clínica. Ahí le limpiaron la mordedura, le pusieron una antitetánica y le recetaron unos antibióticos. Cubrí todos los gastos y dos horas después fui a llevarlo a su casa. Ya se iba a desmontar, cuando de repente, con una cara patéticamente triste que logró componer me dijo :

-Doctor, ¿y no me va a tirar algo para la cena?- Me va a dejar con el pantalón rullío, la pierna mordía y sin un chele? No pude aguantarme y mientras me introducía la mano al bolsillo reí largamente.

La verdad es que para ejercer la profesión de vividor profesional hay que tener dotes de artista y mucho más.



rafelsantana@codetel.net.do

Los Apodos de Puerto Plata

Los Motes, apodos y sobrenombres han existido desde siempre. Pueden ser inventados por los padres, por algún familiar, un hermanito que no pronuncia bien el nombre (Hipocorísticos), por los compañeros de escuela o de trabajo, o por la gente en la calle. Puede ser cariñoso, burlesco, por algún parecido o por un cruel relajo. En nuestro país es normal llamar a alguien por su apodo, aunque creo que están pasando de moda poco a poco.

Entre los sobrenombres más famosos del país están Lilís, con el cual llamaban a Ulises Hereaux, Chapita al dictador Trujillo, porque de niño le gustaba usar tapitas de refrescos pegados en la camisa como si fueran medallas de guerra y Elito a Balaguer.

En mi casa hay apodos para todos : papito, papote, ney, gacho, mingo, chichí, biba, pipí, colí, filla, mayeya y otros. Debo decir que es más frecuente ponerles apodos a los hombres que a las mujeres y cuando a ellas se los ponen, casi nunca son irrespetuosos.

Aquí les presento más de 450 apodos documentados de personas reales de nuestro pueblo.



Estos apodos pueden ser originados por :



Apócopes del nombre : fede, rober, poli, tere, leo, dioni, eli, mari, eve, heme, teo, porfi, rada, bienve, espe, benja, ray, rodol, guille, yose, guario, patri, beni, susa, godo, alfre, ale, rigo y fran.



Aféresis del nombre : món, mundo, gundo, fonso, fredo, berto, jandro, lía, lao, lelo, sol, lina, linda, tina, tin, mingo, dora, lalia, dalia, tino, mando, confe, sandro, carpio y guito.



Derivados del nombre ( Hipocorísticos ) : gela, nelo, polín, tuto, tico, tuturo, lala, toño, totoño, pancho, felo, fello, rafelo, lela, felucho, lucho, lila, lola, lula, lili, lali, lile, lalo, lolo, lulú, lulo, manolo, manolao, nano, nene, ney, maney, ñaño, niña, ñoño, gogui, guegui, levi, boli, guito, cuta, quilo, pepe, papo, pápa, pepa, pipo, popó, pupo, chepe, ché, cheo, chede, tato, teté, tito, tite, toti, tuta, tuto, chú, chá, ché, chano, kaki, kiki, koki, kuki, quique, bobo, goyo, meca, nano, chinto, chito, chencho, fefa, fifa, fero, rafo, cefo, margosín, mesuanga, yaya, yeya, yiya, yoya, yuya, yuyi, meco, balelo, balilo, pololuí, pilimpo, checha, dora, nora, ponona, chocho, chicho, chío, bachío, churchil, bambo, guicho, guegué, guiguí, guancho, bruce, chota, pucho, cucho, chuta, checa, chico, chito, chimpín, luichi, sunsa, chana, chino, josy, josia, yosy, mimina, millo, choco, fonchy, riqui, rico, rafi, panchito, panchopupitre, monchy, mamacha, bibe, chemón y bubúl.



Su parecido a un animal : culebra, maco, peje, pulga, tiburón, ballena, piojo, mosquito, laura, araña, cabra, loro, buey, cacata, mono, bocayarte, caballo, colepato, cigua, maquey, la polla, chiva, galipote, gato, pichón, cachalote, paloma, camarón, cobra, vaca, guaraguao, pato, puerco, burra, parguito, cuervo, pulpo, conejo, felicuyaya y la boa.



Su personalidad, sus actuaciones o costumbres : ñoño, biligue, viejoboy, suave, bocú, babosa, mensa, nomeapeo, tarzán, satanás, chichibombillo, corazonduro, patapata, salsa, tonyón, comejierro, tolete, escopeta, buenhermano, bombera, tantogusto, mandamadre, vamoavei, cualquieraé, vargavila, mataperro, suave, muñeco, laburra, cantinflas, chicharrón, minengoelmión, brugalita, cosabuena, cosamala, pajita, piche, lachiva, comegato, tineyer, putico, llavero, huelepeo, ditafún, papalinda, mamadeo, lavamuerto, inglé, sobalaguira, buceta, documento, pujapuja, cuadrao, batuta, matapuerco, ripioalegre, viejocaliente, masita, perchita, men, singuillín, ñame, laítomalarrabia, amemao, lachicadelacucatrá, desvío, notitiempo, chulamía, malayo, compay, kinkón y tormenta.



Su anatomía ( o algún defecto ) : pepe oreja, cacoeñema, atroz, cacoequeso, bosoefuete, muelú, clavija, gacho, tolargo, drácula, orejú, hueso, tatalabica, la pinta, chino, pelolindo, ñato, cojo, culú, bembú, boquechivo, grajú, pelofino, lenguatragá, ojoclavao,

boquepuerco, patebote, paterrana, patepalo, barrigón, calvito, cueroduro, ancha, boquetanque, dientepeineta, ñemeburro, pielcanela, sordo, morao, colorá, blanco, negro, careculo, totoblanco, bolsalarga, gueboetoro, bico, gueboeburro, bolagrasa, enanitatuntún,

zaqueo, buchúa, ñato, boquefleje, ojoetrozo, guebolimpio, cuatrojo, pineo, figura, tetaecañón, cacón, diente, careloco, raboliso, memínpinguín, grajú, caregato, frenteculo, bocachula, raboliso, jabao, mocho, greña, pelao y cosadeoro.



Algun relajo : quépacha, tulile, ñáñara, angelbíper, puertorricoapié, americano, ceboevaca, bolsa, buquila, calembo, masinga, mantequilla, lechechiva, oromolío, binbín, pili, gallogalloculoepollo, muerte, pilliyín, fucha, macaropa, maifrén, chalupa, chato, azúca,

kela, pochochí, cachuchón, mazorca, vitabosa, quipito, pirulí, chalao, babalú, bambo, pachungo, doblecuatro, guayaberasinbotone, paragua, mangarroja, rayao, quiénmeñama, masinga, chuchúa, malayo, niní, morsillón, cañalisa, biyiya, dieciocho, doblecuatro, babá,

quinquín, meñe, ñecolindo, tribilín, cucuses, cachimil, burbuja, miñique, afánsocial, cigarrón, comejaiba, matafamilia, lacheri, trapaso, virulito, verduga, puercacana, botellita, pilimpo, biónica, loquillo, camao, papirucho, setacabai, bellobello y cabuyita.


rafelsantana@codetel.net.do

Un Milagro y un Regalo de Cumpleaños

Durante todo el día, sus catorce hijos y 48 nietos le habían celebrado los sesenta años de unión matrimonial. Cuando decidieron casarse, ella aún no había terminado sus estudios secundarios y sus padres se enojaron, pero el amor que manifestaban era tan inmenso que al poco tiempo lo aceptaron.

Ella era una mujer vigorosa. Le parió todos sus hijos en la casa. Su partera, doña Rufina Pérez, se quedaba con ella desde que le comenzaban los dolores, hasta que le entregaba su criatura bañadita.

El había sido toda su vida un hombre honrado y trabajador. Labraba la tierra con entusiasmo y lograba buenas cosechas. El oficio lo había aprendido de su padre, un campesino laborioso y serio.

En el último año los dos habían enfermado. Ella con setenta y seis años cumplidos, había sufrido una trombosis cerebral que le impedía hablar con normalidad y le mantenía paralizado la mitad derecha del cuerpo. El, cinco años mayor que ella, había tenido un infarto cardíaco, que le había quitado gran parte de su reciedumbre, por lo que nadie sospechaba que mantenía intactos sus deseos de apareamiento. Aquella noche, cuando todos dormían, la hija mayor sintió unos ruidos extraños en la habitación de la antigua casa de madera y velozmente corrió hacia allí. Al abrir la puerta, los encontró abrazados y se movían sudorosos, debajo de la sabana. Desde ese día la familia decidió que ellos debían dormir en habitaciones separadas. -Papá, todos tus hijos hemos decidido que mamá va a dormir en otra habitación, porque tú sabes que ella sufrió un derrame cerebral y aún no se ha recuperado y a ti te dio un infarto en el corazón que por poco mueres, por lo que no puedes sentirte mal por esta medida- le explicaba la hija mayor- El viejo rezongaba muy disgustado con lo que le estaban ordenando y una expresión de rabia se le asomó a la cara.

-Yo soy su esposo y tengo derecho a dormir con ella. Cuando nos casamos, juramos que estaríamos juntos hasta que la muerte nos separara- le gritaba a sus hijos - Su mujer afligida, apenas asentía con la cabeza y balbuceaba algunas frases incoherentes. La noche siguiente, en horas de la madrugada, se presentó el anciano a la habitación donde estaba su mujer, la despertó. Ella, a pesar de la oscuridad lo reconoció de inmediato y masculló :

-¿ Queeé… queeé… uuhhh… ?-

-¿Que qué es lo que quiero? ¡Morirme, eso es lo que yo quiero, morirme ! - le dijo desesperado- y se abalanzó sobre ella. Era tanto el deseo que se tenían que cayeron al piso y se sintió un estruendo en toda la casa. Los hijos despertaron y llegaron corriendo a la habitación pensando que algo grave había pasado y los encontraron otra vez revolcándose en el piso, abrazaditos. -Papa, por favor, déjala, que ella está enferma- le gritaban, mientras trataban de despegarlos- Pero para sorpresa de todos, su madre que durante los últimos 6 meses no había podido pronunciar palabra alguna, les exclamó con claridad :

-¡ Déjenlo, déjenlo quieto, no me lo quiten de encima, que es su regalo de cumpleaños !-Todos se retiraron en silencio, cerraron la puerta y dejaron a la pareja de ancianos abrazaditos y felices. El hijo mayor, con picardía no disimulada por una sonrisa, les susurró a sus hermanas :

-por lo que hemos visto, si eso se hereda, tenemos el futuro asegurado-


rafelsantana@codetel.net.do

Día de Sorpresas

Unos minutos antes acababa de regresar a su país. Durante los últimos 24 meses había estado trabajando duro en una compañía de pesca en Alaska. Recién casado, se marchó a buscar mejores horizontes de vida y hoy mismo cumplía dos años de feliz unión matrimonial con la mujer más hermosa que Dios había podido hacer. Recordaba con felicidad la boda en la cual se brindó de todo. Aquel día, sus amigos de infancia, sus compañeros de escuela, sus padres y todos sus hermanos se divirtieron en grande.

Traía las maletas llenas de regalos para darles sorpresas a toda la familia. En realidad nadie sospechaba que él vendría tan pronto, porque tenía problemas con el visado, pero eso –“gracias a Dios"- ya lo había arreglado.

Cuando llamó desde el aeropuerto para anunciar su llegada, a ella le dio un dolor abdominal terrible. De hecho, tenía varias semanas con un malestar que la torturaba.

-Hija, estas muy nerviosa con la llegada de tu esposo, pero debes calmarte- le dijo la madre.

-Mamá, no te preocupes, que estoy tomando medicinas y sé que me sanaré-
No era así, ella se sentía cada vez peor y esto se le notaba en los frecuentes episodios de palidez de la cara, náuseas y sudoración que le venían.

Cuando él llegó, la casa se alborotó. Todos lo abrazaban y besaban en competencia por ser los primeros en hacerlo.

Ella lo miró, estaba reluciente y se le notaba muy feliz. Lucía más fuerte y una amplia sonrisa iluminaba su cara.

-Mi amor, déjame decirte delante de toda la familia, que vine a buscarte porque no aguanto más la soledad en esas tierras heladas. Quiero que sepas que compré un hermoso apartamento para nosotros vivir con los hijos que tendremos.
Traigo tu pasaporte visado y el pasaje comprado. Como me dijeron que estas algo enfermita, debemos ir de inmediato a ver a un buen especialista para que te examine. El avión sale mañana temprano hacia Alaska con escalas en Nueva York y Detroit, por lo que tendremos un largo viaje-

Al oír esto ella casi se desmaya. Todos pensaron que era por la emoción, pero en su interior se agitaban temores que la colocaban al borde del colapso, pero no dijo nada y lo abrazó con ternura. Así duraron varios segundos.

Estaban agarraditos de las manos en el consultorio, cuando el doctor vino con los resultados de los análisis y la sonografía que le había practicado. El sonreía, ella lucia patéticamente nerviosa.

-Caballero, le traigo una sorpresa. Tengo que felicitarlo porque todo indica que su esposa está embarazada de unos 2 meses- le dijo-

Ella muy nerviosa comenzó a gritar diciéndole :

-¡ Eso no es verdad, eso no puede ser verdad, usted está mintiendo- !

El médico, que un momento antes creía estar dándole una gran noticia a la pareja, se quedó pasmado.

-Bueno, eso dicen los análisis y la sonografía. De hecho, si quieren pueden buscar una segunda opinión para que lo confirmen-

El, que minutos antes la abrazaba con cariño, se había quedado petrificado en su asiento y su mirada se diluía en el aire, oyendo lo que discutían el médico y su esposa. De pronto, su rostro cambió y la sonrisa que unos instantes antes resplandecía en su cara, se diluyó. Se levantó y preguntó cuánto debía. Sacó de su bolsillo la billetera, pagó, le dio las gracias al doctor y salió del consultorio sin decir ni una palabra. Ya en la calle le hizo señas a un taxi y se montó el sólo.

El taxista sorprendido al ver que la señora se quedaba en la acera llorando, le preguntó :

-¿ Y la señora no viene con usted ?-

-No, ella no anda conmigo, sólo me acompañó hasta aquí- Por favor lléveme al aeropuerto- le contestó sin ninguna expresión reflejada en el rostro.

Llegaron al aeropuerto. La joven empleada que lo atendió le dijo que su vuelo saldría en unas 18 horas, por lo que consideraba que había llegado muy temprano.

-esperaré aquí hasta que el vuelo salga- le dijo ante la mirada atónita de ella y se sentó en uno de los asientos para el público.

No habló jamás una palabra, ni se movió del asiento, hasta que al día siguiente lo llamaron por su nombre y le preguntaron si llevaba maletas.

-No tengo ninguna y no las necesito. Hoy comienzo una nueva vida y no quiero nada que me recuerde a mi pasado- dijo muy afectado.

Al montarse en el avión, se acostó en el piso, lo besó, hizo la señal de la cruz y se sentó en su asiento ante la mirada sorprendida de los pasajeros y las camareras.

Nadie notó que dos lágrimas negras brotaron de sus ojos cansados.


rafelsantana@codetel.net.do

Los Oficios Más Difíciles y Peligrosos.

Los primeros trabajos que tuvo que hacer el hombre –según nos cuenta La Biblia- luego de que Eva, una astuta mujer le hizo violar un pacto que había hecho con El Creador de no comer manzanas, fue la de agricultor, pescador y cazador, porque ya no disponía de todo lo que le ofrecía el paraíso y para alimentarse tenía que conseguirlo con el sudor de su frente.
Aquí tienen un listado de las 10 actividades productivas más difíciles de realizar. Las voy a enumerar de menor a mayor, a fin de dejar para ultimo el que considero debe ser la peor de todas.

1. Guachimán : Estar durante toda la noche sin dormir dispuesto a matarse con cualquier ladrón por un sueldo tan miserable, no se lo deseo yo a nadie.

2. Piloto : Estar volando día y noche en un aparato mecánico que se puede apagar en cualquier momento, le pone los pelos de punta a cualquiera.

3. Pescador Submarino : Este trabajito es sumamente peligroso, porque sumergirse más de 30 metros de profundidad durante varias horas cazando pescados (que muchas veces los cazan a ellos), puede producir un Síndrome de Descompresión, que es una embolia gaseosa que ocasiona con mucha frecuencia la muerte.

4. Cortador de Caña : Meterse un día entero en una finca llena de cacatas, culebras, ratones, hormigas, avispas y alacranes a cortar esas matas por el tronco, pelarlas y apilarlas por un sueldo miserable, no es tarea fácil.

5. Peón de Camión : Llenar de carga pesada a un camión, luego estar subido en la cola todo el día, aguantando brincos y curvazos, para luego fajarse a descargarlo, no es cosa encantadora.

6. Gomero : Estar permanentemente lleno de grasa y porquerías, quitando y arreglando gomas que no se sabe cuántas inmundicias han pisado en carreteras y calles, no es oficio envidiable.

7. Prostitución : No se rían, porque a pesar de que al ejercer este oficio se coge gusto, en la mayoría de las veces ocurre que el empleador es un hediondo al que hay que aguantarle su asquerosidad mientras se le realice el trabajo, con el riesgo de adquirir una enfermedad venérea o contagiarse de SIDA.

8. Recolector de Basura : Recoger los desperdicios que lanza otro y echarlos al camión o la carretilla, es un trabajo no grato. Pero peor es cuando el trabajo se hace en un barrio en donde viven gentes sin educación, que tiran los desperdicios sin colocarlos en fundas, lo que hace que muchos de ellos se pudran y despidan olores extraordinariamente inaguantables. Esta actividad puede contagiar de graves enfermedades al que la ejerce.

9. Profesor (o Maestro) de Primaria : Impartir clases en tiempos de calor, a más de 40 alumnos en una aula pequeña, que van a la escuela porque sus padres los obligan, es peor que cualquier otra cosa que le suceda a uno. Padecer de laringitis, hipertensión arterial, nerviosidad o un derrame cerebral, es lo normal en esta profesión.

10. Limpiador de Pozos Sépticos : Bueno, díganme si no están de acuerdo conmigo de que este es el peor de todos. Porque si se quiere describir qué es lo más asqueroso que hay sobre la tierra, todos estamos de acuerdo en que es la materia fecal.


rafelsantana@codetel.net.do

Oye Peje…¡ él dice que yo me llamo Pitití !

Aquellos azarosos primeros 12 años de los gobiernos reformistas transcurrían muy tensos. Por cualquier tontería la policía trujillista -que seguía intacta mucho tiempo después de decapitada la tiranía- atropellaba a la gente. A los policías matones del régimen, llamados los Cascos Blancos, ni siquiera se les podía ver a la cara directamente porque se consideraban semidioses y podían ofenderse por ello.

En esos días habían asesinado a cinco jóvenes que militaban en el Frente Estudiantil Flavio Suero y Henry Segarra había desaparecido.

La situación de terror era tan brutal, que el que usaba camisas de color rojo combinaba con un pantalón negro, lo menos que le podía pasar era un macanazo o varios días de cárcel o la muerte, porque el partido de la Línea Roja de tendencia comunista usaba esos colores en su bandera. Igual pasaba con la combinación de los colores verde y negro, que eran los colores del partido 14 de Junio el cual era de la misma simpatía ideológica.

Para la época, Juan Francisco Payero Brisso, cursaba sus estudios de medicina en la UASD y era un reconocido dirigente de aquella izquierda revolucionaria que se enfrentaba a Balaguer. La policía lo perseguía sin descanso, por lo que su vida siempre transcurría a la sombra de la clandestinidad.

El coronel Caonabo Rosario, en la ocasión jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia ya lo tenía ubicado y su apresamiento estaba cercano.

En varias oportunidades se había escapado hábilmente de las redadas que ejecutaban las unidades especiales de la policía, pero ahora se notaba que las cosas podían ir mal para él, porque las informaciones que recibía eran de que tenía que cuidarse de aquellos matones.

Para esos días se esperaba la visita a la Republica Dominicana del magnate norteamericano Nelson Rockefeller, por lo que el régimen había activado a toda la inteligencia policial para reprimir a sus opositores.

En aquellos tiempos muchos estudiantes de todas las provincias del país, nos íbamos a vivir en la capital para estudiar en la UASD, que era, y sigue siendo la universidad de los pobres.

Un grupo de ellos vivían en la calle Hostos # 16 de Ciudad Nueva, entre los que se encontraban Payero, José Miguel Schild, Miguel Guerra y Miguel Ángel Castillo. Payero, previniendo lo que podría pasarle en esos días, les dice :

-Óiganme, tengo un plan elaborado por lo que pueda pasar :

-Si me apresan, deben de inmediato comunicarse con mi familia en Puerto Plata.

-Si por el contrario apresan a alguno de ustedes, entonces los demás haremos lo mismo- le dice Payero.

-Muy bien, todos tenemos los teléfonos de nuestros familiares y amigos- ¿Que más?-

-Bueno, otra cosa; el que quede suelto también debe comunicarse de inmediato con el secretario general del partido para que él haga la denuncia en toda la prensa nacional-

-Pero también escuchen esto : si caemos presos y ellos comienzan a llamarnos por los apodos, no debemos contestarle. Sólo contestaremos a nuestros nombres.

-Por ejemplo : si a mi me llaman El Peje, me hago el loco y no contesto. Igual tiene que hacer José Miguel cuando mencionen el apodo de Pitití, Miguel Guerra si lo llaman Batuta y Miguel Ángel Castillo si lo llaman Pipirí, porque es con esos apodos que nos tienen ubicados en la lista negra del servicio secreto-

No pasó mucho tiempo cuando en una madrugada de Septiembre del año 1973, sigilosa y rápidamente, dos unidades de la policía llamadas popularmente Jaulas, llegaron repletas de policías armados a la casa estudiantil, tumbaron la puerta y los apresaron a todos. Los llevaron a una cárcel del palacio policial y los introdujeron junto unos 40 reos. Allí estarían por largos días incomunicados y con hambre, porque sólo una vez al día le daban pan de agua viejo y agua.

Al segundo día de reclusión y estando sentados en el suelo, llegó el coronel Rosario con una temerosa macana negra que blandía en las manos.

-Párense de ahí, partía de pendejos comunistas, que yo voy a ver si no van a cantar como gallinas el plan que tienen para perturbar la visita de Rockefeller a nuestro país-

Todos se quedaron callados y temerosos al ver aquella actitud de violencia.

-Miren esto, con que aquí tenemos a los famosos El Peje, Pitití, Batuta y Pipirí- dijo el coronel-

Se mantuvieron calladitos, simulando que no era a ellos a quienes se refería.

Cuando de repente, el coronel, dió un macanazo en la pared cercana a la cabeza de José María, produciendo un intenso ruido, al tiempo que les gritaba :

-Sí, era a ustedes que los estaba buscando desde hace mucho tiempo, por poner bombas y matar policías. Estos tigres puertoplateños revoltosos que están viendo aquí, vienen dizque a estudiar a la capital, pero a lo que vienen es a querer tumbar el gobierno- le dice el coronel a sus subalternos-

-Dime Pitití,¿fuiste tú que fabricó la bomba que estalló en el parque Independencia el 14 de Junio de este año?-

En ese momento entró un policía al lugar y ruidosamente estrelló en el suelo un saco de henequén con unas 8 metralletas viejas y algunos revólveres oxidados, diciendo :

-Mi coronel, estas armas fueron las que encontramos en la casa de estos comunistas-

-¿Aja?, ¿y entonces, carajo? Dime Pitití, ¿quién fue que les consiguió esta armas?-

-¿No sería Fidel que se las mandó de Cuba?-

José Miguel muy asustado, ya no aguantó más y mirando a Payero a los ojos le dice :

-Oye Peje, el dice que yo me llamo Pitití - ¿Es loco que está?

Los otros, al oír la confesión de Pitití revelando el apodo de Payero enmudecieron.

El coronel se rió y le dió un empujón tan fuerte a los dos que los hizo caer al suelo y de inmediato ordenó :

-Tránquenme a estos malditos comunistas en la solitaria más oscura hasta que se pudran-


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Su último Gallo

Papá era miembro de una numerosa familia de trabajadores agrícolas muy conocida en Santiago, Licey y Tamboril, y uno de los entretenimientos que en sus pocos ratos de ocio había aprendido de su abuelo -llamado igual que él, Manuel De Jesús Santana- era el deporte de los gallos. Su padre –Segundo Santana- tenía gallos por decenas, de hecho, en el patio de la casa tenía una traba completa donde atendía esas aves como si fueran seres humanos. Había aprendido a cuidarlos desde que nacían, hasta el momento de la pelea. Conocía en detalle todo sobre la alimentación que debían llevar, el entrenamiento físico que había que darles, los medicamentos a usar en un determinado momento, el peso ideal para su estatura y finalmente llevarlo a la gallera y saber echarlo con un gallo al que pudiera ganarle.

Cuando llegó a Puerto Plata, en el 1942, trajo consigo algunos gallos de calidad, los cuales reproducía con otras gallinas hijas de gallos ganadores de más de 10 peleas, que habían sido encastadas a su vez con otros gallos exitosos. Poco a poco los fue echando a pelear en las diferentes galleras que habían en la zona y ya en los años cincuenta le quedaban muy pocos en el patio de la casa de la calle Antera Mota # 30. Además, después que se juntó con mamá –que era evangélica- y a ruegos y oraciones de ella había dejado algunos vicios, como el tabaco y los tragos. Dejar los tragos le fue fácil, porque nunca fue gran bebedor. Pero, le quedaba el vicio de los gallos y ya casi conseguía dejarlos también.

En la casa había un gallo bolo canelo muy comparoncito, que se peleaba con todo el que le pasaba por el lado. Era el último ejemplar que le quedaba a papa. Como si fuera la reminiscencia y añoranza de una pasión que él estaba luchando por eliminar de su vida.

En esos días, Fifo, el hijo mayor de don Rafael Brugal y Doña Fanny Paiewonsky, que vivían frente a nosotros, había conseguido un gallito giro de calidad que se veía bonito y saludable y le había pedido a papá en reiteradas ocasiones que lo peleara con su bolo. Papá no le hacía caso, porque no quería echarle a perder el gallito al muchacho. Todos los fines de semana Fifo iba al patio de nuestra casa con su gallo a jucharlo, pero papá no entraba en nada…

Un domingo en la tarde, en que el viejo se preparaba para ir con su camión a la fábrica de fideos Non Plus Ultra en el Camino Real, llegó Fifo a retarlo.

-Don Manuel, usted no quiere que su gallo pelee con el mío, porque el suyo es un gallo bolo y a mí me dijeron que los gallos bolos no son buenos y usted teme que el mío se lo mate- le dijo Fifo desafiante-

Papá consideró que había que terminar con esta porfía y le dijo que sí, pero con la condición de que no habría ningún tipo de apuestas. Fifo brincó para arriba, porque al fin lo había convencido y de inmediato se dispuso todo para echar los gallos.

Se colocaron debajo de la mata de ciruelas y los soltaron. Papito, Roberto, René, Jorge, Ney, Mingo y yo hicimos una ronda alrededor. No bien había comenzado el pleito, cuando el bolo le dio un espuelazo al giro que lo tumbó al suelo. Cuando éste se levantó, se echó a correr por debajo del piso de la casa y el gallo bolo, Fifo y nosotros salimos detrás. Pasaron como un rayo por el patio de Augusto Howard, cruzaron por debajo de la mata de anacahuita centenaria y vinieron a pararse en la pared posterior de la casa de Don Víctor Eloy. Fifo lo rescató antes de que el bolo lo matara y mis hermanos trajeron al bolo.

Papá, pensó que él ya estaba convencido de que los gallos no salían, pero, este argumentó que debían seguir la pelea, porque lo que pasaba era que su gallo era corredor, y luego que el bolo se cansara de perseguirlo, el giro se detendría a pelear y lo mataría.

Nunca había visto a mi padre reírse tanto como en aquella ocasión.

-Muy bien Fifo, vamos arriba-

Papá agarró su gallo y lo echó de nuevo al suelo. Fifo tiró el suyo y no pasaron dos minutos, cuando el giro cayó redondo al suelo. Fifo, se estremeció y casi comenzaba a llorar a su gallito.

Papá agarró su bolo, lo acarició, lo besó en la cabeza, se despidió de él y en seguida se lo puso en las manos a Fifo y le dijo :

-Toma, este gallo, es tuyo. Cuídalo, porque es de buena calidad y con el podrás ganar muchas peleas. Es mi último gallo porque no voy a jugar nunca más ese deporte. Ah, otra cosa, él es bolo porque yo le corté la cola, no porque nació así.

Fifo agradeció el gesto de papá y se marchó contentísimo para su casa a mostrar orgulloso su nuevo gallo. Mamá, que había observado todo desde una ventana, miró hacia el cielo y le agradeció a Dios lo que había pasado. Desde ese año 1957 no volví a ver jamás un gallo de pelea en mi casa.


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El Mal de Ojos : una creencia popular

La semana pasada examiné a un paciente de 36 años de edad que tiene la mano derecha inservible desde que era muy pequeño. El me dijo que su madre le había dicho que una mujer lo miró con sus ojos malévolos y le pegó ese mal.

Yo le expliqué que la parálisis que tenía se debía a que había contraído el virus de la poliomielitis porque no lo habían vacunado.

En realidad, el mal de ojos es una creencia antiquísima que viene de países lejanos. Prácticamente en todas las culturas –Africana, Arábiga, Europea, Asiática, India- creen en el poder de una mirada para dañar a la gente, especialmente si el ojo es de color azul, verde o gris y es de una mujer. Digo esto último porque es muy raro que un hombre enferme a nadie del mal de ojos. Se dice que ese poder en los ojos es tan fuerte, que es capaz de cortar el dulce de leche con sólo mirarlo.

Se cree que cuando una persona tiene el mal de ojos se siente sin apetito, desanimado, bosteza muchas veces durante el día, tiene los ojos tristes, se incomoda muy fácilmente, le dan dolores de cabeza inexplicables y llora sin motivos. Pero observemos bien los síntomas, porque podríamos estar en presencia de una persona deprimida que necesita con urgencia una consulta psiquiátrica antes de que cometa un disparate o se suicide.

Este mal es frecuente verlo en países culturalmente atrasados, sin desarrollo tecnológico y científico como el nuestro. Y es que cada día la medicina cuenta con nuevas tecnologías que permiten diagnosticar a tiempo y con certeza cualquier enfermedad, sin tener que imputársela a seres malignos que andan deambulando por el mundo buscando a algún creyente en esas boberías para hacerle daño.



¿Cómo se protege la gente del Mal de Ojos?



1.-Colocan una Biblia abierta en el Salmo 23 o el 91, en la sala de la casa o en la habitación.

2.-Encienden una vela debajo del cuadro de un santo o santa favorito o le fabrican un altar completo lleno de velas y velones.

3.-Colocan dientes de ajo machacados en el camino hacia la casa o alrededor de ella.

4.- Clavan una herradura en la parte superior de la puerta de la casa.

5.- Guindan una mata de salvia detrás de la puerta.

6.-Usan una prenda de vestir de color rojo al revés (una camisilla, un calzoncillo o una media con la costura o la marca de fábrica hacia afuera).

7.- Le cierran los ojos a los difuntos, porque si se los dejan abiertos, algún familiar morirá pronto.

8.- Cuando un niño nace, se le debe guindar un azabache o un crucifijo o un papel con un versículo de la Biblia o una imagen de un santo o santa en el cuello o enganchado en su ropita.

9.- Si creen que alguien quiere pegarle un mal de ojos, de inmediato cierran los dos puños con los dedos pulgares colocados dentro de los dedos índices y mayores, formando una especie de chifles.



¿Se cura el Mal de Ojos?



Si usted es tan ingenuo como para creer que está afectado por el Mal de Ojos, entonces debe seguir siéndolo, porque para curarse tiene que dejarse hipnotizar por la brujita del barrio. Dígale lo que usted se siente, que ella lo sanará de inmediato con oraciones, ensalmos y ungüentos hechos a base de excrementos de animales, orina y una culebra.


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¿ Batton Ballets o Baton Vedettes ?

Siempre me ha llenado de orgullo que en Puerto Plata las fechas patrias se celebren con los desfiles más impresionantemente largos y multitudinarios del país. Yo he estado en otras provincias y en ninguna de ellas hay algo parecido a lo que nosotros logramos aquí con nuestros estudiantes. La asistencia de estos, pero también de gente del pueblo, es masivamente extraordinaria.

Este 27 de Febrero del 2009, participaron –mal contadas por mí- alrededor de 64 instituciones, entre escuelas, colegios, liceos y universidades. Cuando me paré a verlos desfilar, pasaron 2 largas horas antes de poder verle la cola. Ese día temprano, luego de la solemne misa dirigida por nuestro obispo Julio Cesar Corniel Amaro, en la catedral San Felipe Apóstol, tuvimos la oportunidad de escuchar hermosos discursos patrios que incitaron a no perder la esperanza y creer en nuestro país, en nuestra gente y en nuestras instituciones. Al término de ésta, comenzó el desfile, el cual fue encabezado por la Señora Gobernadora Doña Eridania Llibre, nuestro síndico Walter Musa Myereles y otras autoridades civiles.

Fue notoria la ausencia de militares. Pero, debo confesarles algo que me está corroyendo el alma : En esta ocasión, de entre los más de treinta grupos de porristas y battón Balletts que vi desfilar, 7 de ellos estaban compuestos de niñas entre 6 y 10 años de edad que hacían movimientos con su cuerpecito de una forma tan indecente, que me dieron asco y pena por el futuro de mi país.

Sentí una mezcla de rubor y rabia, al verlas cual bailarinas de cabaret, realizando esos movimientos. No puedo decir que ellas o sus padres sean los culpables. Los culpables son los Departamentos de Educación Física de los grupos escolares a los que ellas pertenecen, que les permiten o les enseñan esos movimientos.

Esos maestros no les enseñaron a mover sus brazos, piernas y cuerpo al compás, el equilibrio y la cadencia que tocan los redoblantes, el tambor, los platillos y las cornetas. Los movimientos que ellas hacían, eran propios de una fiesta de carnaval, no de una fiesta patria, que incitaban a los ciudadanos que miraban el desfile, a pensar en cosas muy lejanas a las que se estaba tratando de mostrar.

Así Puerto Plata no va bien, o mejor dicho, el país no va bien. Por otro lado, los ritmos que tocan los estudiantes que acompañan a las niñas son peores. Estos van tocando a alta velocidad, algo parecido a una especie de raps y otros ritmos extraños a nuestra cultura. Por ejemplo : tocar el Baile del Perrito, el día en que se celebra la fecha patria más importante del país, es vergonzantemente ridículo, por no decir algo peor. Puerto Plata no se merece esto.

Durante mucho tiempo fuimos la ciudad que contaba con las mejores bandas y Battón Ballets del país. La Secretaría de Estado de Educación tiene que detener esto, porque lo que expresan estos estudiantes, es un claro testimonio de la degeneración cultural que nos arropa desde hace un tiempo a esta parte.

Creo que tiene que convocar a todos los profesores de educación física, para que planifiquen con modernidad e imaginación cómo estructurar una buena banda de música y un buen Battón Ballet y así podamos sentirnos orgullosos de nuestros profesores y de nuestros estudiantes, que son el presente y el futuro de nuestro país.


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Mi Primer Negocio

Yo estaba muy desilusionado con lo que había pasado, porque el primer negocio que había hecho en mi vida había sido un total fracaso. Aún no entendía la causa, porque si en realidad el tío del amiguito que conocí en la Avenida Generalísimo Trujillo tenía tantos burros, un burro más o un burro menos no le haría falta a aquel tío.

Bueno, mamá dijo que había que devolverle el burro al muchacho y a ella que le buscaran su palo de escoba, porque lo necesitaba para barrer la casa.

-Muerto el abejón-, -me dije-.

Era un sábado en la mañana de un muy cálido verano del año 1959, en el cual me habían permitido salir con mi caballito de palo de escoba por el sector, con la condición de que no pasara de las calles José Ramón López hacia arriba, ni de la Villanueva hacia abajo. Y lo más lejos que podría llegar hacia el lado norte, era al parque Luperón, que estaba frente a la iglesia evangélica –la chorcha- y al Colegio Towler. Ir para el lado sur, ni mencionarlo, porque había mucho tigueraje por ahí.

Teníamos 2 meses que nos habíamos mudado a la casa número 75 de la Avenida Generalísimo Trujillo, calle ésta, que desde Noviembre del 1961 se volvió a llamar Beller. Al lado nuestro vivían Don Hugo González y Don Luís Valdez. Y frente a frente, en la número 76, vivía el Dr. José Augusto Puig.

Eran días muy difíciles para el país y había mucha pobreza. En ese mes habían desembarcado por Maimón unos hombres que querían tumbar al Jefe, al Presidente, cosa aquella muy preocupante para mi padre Don Manuel Santana, porque él tenía una familia numerosa -25 hijos y entre ellos 15 varones- y por el frente de nuestra casa pasaban, día y noche, carritos Volkswagen del Servicio de Inteligencia Militar a muy poca velocidad, chequeando todo lo que pasaba en los alrededores de la casa del Dr. Puig y debíamos mantenernos en silencio. Se suponía que ellos tenían aparatos de escuchar lo que habláramos dentro de la casa. Por supuesto que esto era falso.

Durante aquella invasión, podíamos escuchar desde nuestra casa, los bombazos lanzados en Maimón por los aviones P-51 de la Fuerza Aérea Dominicana y luego, ver la humareda en forma de hongo que desencadenaban. Yo, por mi corta edad, no me enteraba de nada de lo que estaba pasando, pero oía el cuchicheo de mis hermanos hablando sobre aquello.

Esa mañana, montado en mi caballito de palo -uno de los pocos juguetes caseros que era posible tener en esos tiempos- corría por la acera sur de la Beller, cuando de repente se me apareció un jovencito de algunos once años de edad, montado en un borriquito aparejado y todo, el cual me preguntó que de quién era mi caballo. Orgulloso, le dije que era de mi propiedad.

Mi mamá me había prestado un palo de escoba muy bueno y con una soguita le hice un bozal y un freno. Detrás, en la cola, Mingo mi hermano, le colocó una ruedita de cama colombina, que hacía que el caballito se viera muy moderno.

El me dijo que el burro era de un tío suyo muy rico y que tenía muchísimos más en su finca. Me dijo también que le gustaba mucho el caballito que yo montaba y sin mediar muchas palabras, me propuso que me lo cambiaba por su burrito.

Yo de inicio no le creí porque me parecía absurdo, pero el chico insistió de una manera tan elocuente, que al final pensé que no era un mal negocio lo que haría, por lo que le dije que sí.

Se bajó de su burro y yo le entregué mi caballito. El se marchó rápidamente del lugar. Me monté en mi animal –por cierto muy manso y obediente- y me dirigí a la casa, lo amarré en la puerta del frente y muy presuntuoso del trato que acababa de hacer, entré a la casa y le dije a mamá que yo había hecho un gran negocio y que ahora era dueño de un burro.

Mamá, sonriente, no me creyó lo que decía y siguió haciendo su tarea. Le dije de nuevo lo del negocio de mi caballito por el burro y algo preocupada, porque mis ojos delataban seriedad, me preguntó :

-¿Dónde está el burro? –

Yo le dije que estaba amarrado en el frente de la casa y de inmediato ella fue a comprobar lo que decía. Cuando vio al animal, exclamó :

-¡Ay, mi palo de escoba. Pero Chichi, mi hijo, de dónde tú sacaste a este animal-!

Tuve que volver a explicarle todo con lujo de detalles. Yo iba perdiendo la sonrisa y el orgullo de haber hecho mi primer gran negocio y más bien casi entraba en pánico.

-¡Roberto, ven a ver esto. Móntate ahí y ve a ver si es posible conseguir el dueño de este burro. Vete a los dos mercados y si no aparece, llévalo al cuartel de la policía. Y llévate a chichi a ver si encuentra al muchacho!

Casi lloraba. Me monté en la cola de mi burro con mi hermano delante y comenzamos a cruzar todo el pueblo buscando al dueño. Nadie sabía nada. Finalmente tuvimos que llevarlo a la policía y ahí lo dejamos.

Esa noche no pude dormir, porque aparte de que había perdido mi juguete favorito, también había tenido que dejar a mi burro botado. Nunca jamás volví a ver al chico, como tampoco le perdonaré jamás el engaño. Porque es muy difícil creer que él no sabía que el burro valía más que el caballito.

¿O ya lo perdono? No se… a lo mejor. Pero si lo vuelvo a ver tendrá que explicármelo todo.



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Si los que viven en La Culebra son culebreños, ¿como llamamos a los del Barrio Haiti?

Los gentilicios son los adjetivos que indican el origen, la nación, la región, el pueblo o el barrio de donde procede una persona o cosa. Digo que también una cosa, porque chino puede ser un vehículo o una nevera. Dice la Real Academia de la lengua que deben ser escritos en minúsculas. Los que vivimos en esta ciudad tenemos por lo menos nueve gentilicios, entre ellos están : puertoplateños (de Puerto Plata), dominicanos (de Rep. Dominicana), quisqueyanos (de Quisqueya), norteños (vivimos en el norte del país), costeros (estamos en la costa), porteños (tenemos un puerto), isleños (vivimos en una isla), marineros (vivimos frente al mar) y caribeños (situados en el Mar Caribe).

Los gentilicios regularmente se forman con la raíz de donde proviene la persona o cosa, y con sufijos tales como : –ano (marciano, coreano), -eño (martiniqueño, sureño), -és (inglés, genovés), -ino (palestino, argentino), -ero (como coquero), –co (como arábico o ibérico), -ense (bonaerense), -eco (austriaco, guatemalteco, -ita (vietnamita) y varios sufijos más que por lo regular vienen influenciados por el idioma original (como iraquí, de Irak).

Hay gentilicios que son usados despectivamente, como el llamar gringo a un norteamericano o llamar gocho a uno nacido en la cordillera de Los Andes o decirles rigoleros a los pobladores del barrio Eduardo Brito. Las personas que nacen o viven en Afganistán, se les llama afgano; en Jerusalén, jerosolimitano; en Alaska, alascano; en Moscú, moscovita; en Francia, francés, en Haití, haitiano y en Sabana de la Mar, sabanadelamarinos.

En nuestra provincia los gentilicios más conocidos son :

La persona que vive o nace en Bajabonico se le llama bajaboniqueño, en Guananico guananiqueño, en Llanos de Pérez llanero, luperonense en Luperón, maimoneño en Maimón, montellanero en Montellano, sabaneteño en Sabaneta de Yásica y en La Sabana del Corozo; yasiquero en Yásica, tubagüense en Tubagua, arrollense en Arroyo Ancho o en Arroyo del Toro, camuense en Camú, arroyodelcañarense en Arroyo del Caño, bateyero en El Batey 3, lomero en Loma de la Bestia y Loma Bajita, Ueño en La U, veragüeño en Veragua, ranchero en Rancho Ambrosio y mamellero en Los Mameyes.

A los habitantes de San Marcos se les llama sanmarqueños, de Boca Nueva bocanuevenses, yaroenses los de Yaroa, lagunenses a los de La Laguna, a los de La Piragua piragüeros, sabaneros a los de La Sabana, mulateños a los de La Mulata, callejoneros a los de Los Callejones, charamiquenses los de Los Charamicos, Islaboeños a los de Islabón, cangrejeños los de Cangrejos y villeros a los que viven en Villa Progreso.

Ahora bien, ¿ cómo llamaremos a los que viven en El Burro, burreños?, en El Toro, toreros?, en La Culebra, culebreños?, en La Cigua, Cigüeños?, en Las Avispas, avispeños?, en La Jaiba, jaiberos?, en Palo Blanco, paleros?, en Boca de Yaroa, boqueños?, en La Escalereta, escaleretenses?, en El Higo, higuenses?, en Sabayo, sabayenses?, en La Yagua, yagueños?, en El Mango, mangueros?, en El Manguito, manguiteños?, en El Platanal, plataneros?, en Bejuco Blanco, bejuqueros?, en Palo Indio, paloindieños?, en El Javillar, javilleros?, en La Vigía, vigienses?, en El Naranjal, naranjeños?, en Los Limones, limoneros?, en La Limonera, limonerenses?, en Los Coquitos, coquiteños?, en Los Guandules, guandulenses?, en El Invi, invieños?, en el Residencial Montemar, montemareños?, en Marapicá, marapiqueños?, en el barrio Juan Bosch, juanboschenses?, en Vuelta Larga, vueltalargueños?, en Caraballo, caraballenses?, en Padre Granero, padregranerenses?, en Punta Rusia, puntarrusianos?, en Cuesta Barrosa, cuestabarroseños?, en Conani, conanienses?, en La Viara, viarenses?, en la Atlántica, atlantiqueños?, en La Unión, unionistas? en Barrio Haití, haitianos? en Costámbar, costambeños, en Colinas del Sur, colineños?, en Aros de Carrau, areños?, en Las Mercedes, mercedenses? y en el Callejon de los Malditos, ¿les llamaremos callejóndelosmalditeños?

¡ Esto de los gentilicios no es cosa fácil !



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A 30 años de los Ciclones David y Frederic

Cuando me enseñaron el mapa de cómo llegar al lugar me estremecí, porque un compañero me describió lo peligroso que era viajar por esa carretera, llena de barrancos de hasta 200 metros de profundidad. Había que llegar a una localidad llamada Cambita-Garabito y ahí comenzaba la pesadilla; unos veinticinco kilómetros de caminos tortuosos, montañosos, resbaladizos y peligrosos, que termina en un pequeño poblado que para la época no pasaba de unos 2000 habitantes llamado El Cacao. Acepté ir allí porque necesitaba terminar mi pasantía de ley y porque estaba relativamente cerca de la ciudad de San Cristóbal, la cual había sido destruida por la tormenta David, dos días atrás, incluyendo mi casa.

Llegué a trabajar temprano el 2 de septiembre del año 1979. Me recibieron dos enfermeras y una trabajadora de limpieza. Aquello daba pena. El techado completo, las ventanas y las puertas del local habían sido arruinadas por los vientos.

Comencé a dar consultas de inmediato en un rinconcito, porque una enorme cantidad de personas buscaba remedios para sus males. Seis horas después me llevaron al lugar donde iba a alojarme; una pequeña habitación sin baño situada en el patio frontal del colmado de don Nicanor Stubbs Santamaría.

Esa primera noche cené donde Don Rafael Subero y su esposa doña Josefina Emilia Isa, quienes me recibieron como a un hijo. En el patio de su casa cantó en una ocasión mi amigo de siempre Ramón Leonardo Blanco y mi hija Patricia Mariela.

Al día siguiente, un sastre que vivía frente a la Clínica Rural, me prestó su mañosa mula para ir a visitar campo adentro a personas enfermas.

-Oiga doctor; esta mula es muy esquiva. Cuando le vaya a colocar la silla, debe apretarle con mucha fuerza la oreja izquierda y hasta que no se la termine de poner no se la suelte, porque puede patearlo o morderlo- me dijo.

-Otra cosa; si lo coge la noche cuando venga de allá para acá, suéltele el freno, no la maneje, porque ella conoce muy bien el camino y lo va a traer directo a la casa. Fíjese que por esos montes hay barrancas muy estrechas y peligrosas, donde sólo cabe un animal por vez y si usted trata de manejarla, podrían caerse por una de esas jardas-

Así lo hice.

Varias universidades mandaron a estudiantes que cursaban sus primeros semestres de medicina. Allí estaban los que después serian doctores, Juan Carlos Cruz, Elena Mora, Ramón García, Roberto Spitales y Dagoberto Rodríguez Adames, quien actualmente es senador por la provincia Independencia. Este, unos días después se cayó estrepitosamente de una mata de coco y lo tuve que enviar urgentemente a un hospital de la capital. Jamás lo he vuelto a ver.

Pues bien; no habían pasado tres días cuando por radio se anunciaba otra tormenta tropical que recibía el nombre de Frederick, y para preocupación de los cacaoteños, decían que llevaba la misma trayectoria del David.

Efectivamente, el ciclón entró por la misma ruta del David y aquello fue apoteósico, porque esta tormenta trajo más agua que vientos y los daños sufridos se multiplicaron.

Al otro día muy temprano, vino muy sudorosa una de las enfermeras a tocarme la puerta de la habitación y decirme que fuera urgente para la clínica, porque uno de los estudiantes le estaba entregando medicamentos a los enfermos sin examinarlos previamente.

Cuando llegué, le pregunté porqué lo hacía.

-Mire, lo que pasa es que aquí hay más de doscientas personas enfermas y casi todos tienen lo mismo, por lo que yo le dije que levantaran la mano los que tuvieran diarrea y los coloqué de un lado. Luego les dije, “ahora levanten la mano los que tengan catarro” y los coloqué al otro lado y ahí comencé a darles las medicinas que sirven para eso- me explicó.

Y agregó: - Si no lo hacemos así, vamos a estar aquí hasta la medianoche viendo gentes-

Tuve que sonreír por su inocente propuesta y casi le di la razón, porque el estrés que todos sentíamos no era para menos.


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Mis experiencias en la Selva del Amazonas

Cuando me señalaron en el mapa de Venezuela el lugar a donde debía ir, me dió escalofríos. Nunca había rehuido a ningún reto durante mi vida, ahora tampoco lo haría. Necesitaba cumplir con ése requisito para poder entrar al post-grado de Cardiología y haría lo que fuere necesario para ello. No lo pensé ni un minuto, dije que sí. Pero estuve llorando durante el resto del día y la noche porque debía abandonar otra vez a mi mujer y mis hijos, y en esta ocasión por un largo año.
Era un poblado del sur del Amazonas de Venezuela llamado Maroa que está situado a medio grado del ecuador terrestre, cuyas temperaturas oscilan siempre alrededor de 40º centígrados y que con excepción de otro poblado llamado San Carlos de Rio Negro, es el lugar más alejado hacia el sur de este país. En éste San Carlos de Rio Negro, trabajó como maestro nuestro Padre de la Patria Juan Pablo Duarte durante una parte de su exilio en Venezuela. Hay allí -en su honor- un busto suyo y una calle con su nombre.

Desde Caracas debí abordar un jet durante 1 hora hacia Puerto Ayacucho, capital del Estado Amazonas y luego al día siguiente, montar una avioneta monomotor durante 1 hora y media hasta llegar al lugar asignado por el Ministerio de Salud.

Maroa está situado al borde del Rio Guainía, afluente del Rio Negro, en la frontera con Colombia y muy cerca del Brasil, en lo más profundo de la selva. Me recibieron con alegría porque hacía dos años que no habían tenido médico en el lugar, el último lo fue la Dra. Raiza Ruiz Guevara, la cual sobrevivió milagrosamente a un accidente aéreo en el que murieron todos, excepto ella, la cual fue rescatada una semana después de suspendida su búsqueda, por unos lugareños que cazaban por la zona.

Tuve la oportunidad de conocerla personalmente, pues durante las fiestas patronales volvió al lugar a agradecer todo lo que habían hecho por ella.

Me presenté donde el comandante de la Guardia Nacional del lugar y me puse a sus órdenes. Para ese entonces, los habitantes de Maroa sumaban unas 450 personas.

Allí conocí enfermedades que no vemos con frecuencia por estos lares. Tratar a alguien de miasis humana (gusanos en la piel), nigua en los pies, picaduras de serpientes venenosas o de arañas o de alacranes, flechaduras en el cuerpo, paludismo, leishmaniosis, enfermedad de Chagas o lepra, era cosa frecuente.

La comunicación se hace por numerosos ríos y caños. No hay carreteras, pues casi todo se inunda durante los meses de lluvias. Me trasladaba una vez por semana, río arriba o río abajo, a los poblados cercanos a visitar los pacientes enfermos, montado en la proa de un bote metálico llamado por ellos voladora, cuyo conductor era una persona que curiosamente tenía por nombre lo que yo llevo de apellido; se llama Santana Macuribana.

Durante mi pasantía por allí comí todo lo que humanamente puede comer una persona : hormigas, culebras, tapires, pecarís, armadillos, colas de caimanes, iguanas, chigüires, venados, lapas, tortugas, delfines, pirañas, osos hormigueros, arañas y monos. Todos cocinados y sazonados a su manera, acompañados de cazabe, almidón, mañoco o catara, que son subproductos extraídos de la yuca.

Tuve la suerte de participar en sus fiestas patronales, las cuales son dirigidas por 30 Yuices (los dueños de la fiesta), cuya función es organizar y mantener el orden durante las mismas. Cualquier violación a sus reglas se paga mediante diferentes tipos de multas. Una de ellas es amarrar el violador al Matro, que es un palo muy alto que se clava en el centro del poblado y se adorna con frutas de arriba abajo y los dueños de la fiesta (los 30) obligan al violador a tomarse un trago de alcohol, suministrado uno por uno, hasta quedar totalmente borracho. A mí casi me multan porque resulta, que un mono mío, llamado Sebastián, se subió al palo de madrugada, y por alcahuetería -que no por hambre- tumbó decenas de guineos y otras frutas y dejó al Matro casi pelado (cosa grave). Me salvé porque me protegía una regla que decía que se exoneraba de multas al que hubiese estado presente el día de la ceremonia en que se sube el Matro. Yo demostré que estuve allí ese día, pero tuve que pagar 300 bolívares de multa.

Para contar lo que pasé durante ése tiempo se gastarían decenas de páginas, pues la aventura y el peligro siempre acechantes, producen situaciones a veces cómicas, otras de pánico, en ésa inmensa región.



Pero la experiencia ganada por mí fue superior a todo sacrificio, por lo que no me arrepiento de haber convivido y servido durante un año a gentes tan simples y maravillosas como los son los pobladores de Maroa en el Estado Venezolano de Amazonas.


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24 Preferencias

No quisiera hacerles perder tiempo –(lo cual es de las pocas cosas que se permiten robar sin estar penalizadas por la ley)- leyendo estas 24 reflexiones que me llegan en momentos en que en la humanidad se debaten ideas –(no ideologías)- que muchas veces aportan poco o nada al desarrollo del ser humano. Quise plasmar en ellas conceptos que quizás no estén de moda, pero que les pueden servir para su propio desarrollo y de quienes los rodean. No olvidemos que la moda sólo debe aplicarse a las cosas materiales, jamás a los principios morales y éticos, los cuales nunca deben pasar de moda.

Léanla despacio y si es posible frente a sus hijos.



Las Cosas que prefiero :



1. el silencio de la montaña, antes que el griterío de una discoteca.
2. la soledad de la meditación, a estar mal acompañado.
3. disfrutar de cosas simples y originales, antes que de bellezas contaminadas.
4. ser amigo de barrenderos, antes que de políticos petulantes e hipócritas.
5. ser amigo de un despreciado por ser pobre, que de un rico por su riqueza.
6. alcanzar el éxito con honradez, no con artimañas y picardías.
7. estar sobrio y templado, antes que excitado artificialmente.
8. ser cortés con todos, antes que ser llamado repugnante.
9. no burlarme de ideas nuevas que parezcan ridículas, mejor tratar de entenderlas.
10. practicar la justicia, antes que aplicar el poder con saña y encono.
11. nunca mirar los defectos de los demás, pero si admirarle sus virtudes.
12. arroparme con la sábana que tengo y no querer fingir fortunas que no poseo.
13. ser puntual cuando soy cortésmente invitado, antes que ser fríamente informal.
14. ser transparente en todos los actos de mi vida, antes que ser llamado fullero.
15. practicar la discreción, antes que la chismografía degradante.
16. que me digan tonto cuando maneje recursos ajenos y no que me llamen ladrón.
17. disfrutar las cosas propias aunque sean amargas y no envidiar las ajenas.
18. ser leal a todos los que aprecio y me aprecian, antes que ingrato.
19. servirle a los demás con alegre placidez, antes que hacerlo con desgano.
20. realizar y estimular la cimentación de proyectos que sean de beneficio colectivo, no que sean excluyentes.
21. mantenerme firme en mis sanos propósitos, a sucumbir frente a adversidades.
22. mantener la serenidad ante las adversidades, a perder el control de mis actos.
23. ser modelo de seriedad, decencia, honestidad y dignidad para mis hijos, familiares y amigos, antes que ser su afrenta.
24. darle gracias a Dios por todo lo que me pase.


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Los Gustos del Cuerpo

A través de los cinco sentidos –visión, olfacción, audición, gusto y tacto- recibe el cuerpo humano las sensaciones buenas o malas que les llegan desde el exterior. Hoy les hablaré de las cosas que les gustan al cuerpo humano. Para que me sea más fácil de explicarles, debo organizar estas cosas dependiendo de por cuál de los 5 sentidos entra ese gustico.
1.- con la visión : percibimos con gusto de nuestros ojos las cosas que nos regala la naturaleza en toda su expresión (los hermosos colores del arcoíris, las aves, animales, árboles, frutas, ríos, cascadas, mares, olas, nubes, el universo. También al cuerpo le gusta ver a personas hermosas del sexo contrario (a los hombres nos gusta ver a una mujer sensual, elegante y atractiva y a las mujeres creo que les gusta ver a un hombre buenmozo, musculoso y fuerte). El cuerpo coge gusto cuando ve las obras hechas por las manos de un artista, una hermosa casa, un carro Mercedes Bentz nuevo, un reloj Bulova, una prenda Cartier, un majestuoso trasatlántico o ver a Alex Rodríguez conectando un jonrón.
2.-por la olfacción : percibimos los olores con la nariz. Por lo regular las cosas que le gustan al cuerpo a través de este sentido son el perfume de las flores, el olor de las frutas, el sazón de las frituras y de la cocción de los alimentos y muchísimas otras cosas más.
Estos, para que les den gusto al cuerpo dependen de las necesidades del momento. Me explico :
Si usted tiene una hambre canina y le llega el golpe de sazón que despiden unos huevos fritos con ají y cebollas picaditos, de inmediato el cuerpo se estremece de gusto. De lo contrario, si usted está excitado sexualmente y encuentra que su pareja despide un olor a puerco asado, se le quitan todos los deseos de apareamiento.
3.- el gusto : Este sentido es ejercido por la lengua. Las cosas que les gustan al cuerpo a través del sabor, por lo regular son dulces o que estén en punto de sal, las que tienen grasa o un par de copas de vino cuando estamos cansados. Igual al anterior sentido, para que las cosas que saboreamos sean buenas o malas, dependerá de las necesidades que tengamos en ese momento. Por ejemplo, si tenemos calor y una sed intensa, al cuerpo le gusta que tomemos un refresco o una agüita fría. Pero si lo que tenemos es frío y hambre, el cuerpo agradecería que nos tomemos una sopita caliente.
4.- la audición : Este sentido es ejecutado por los oídos. A través de ellos percibimos los sonidos. Por lo regular, los que les gustan al cuerpo son los que se producen a través del toque magistral de algún instrumento musical, la voz melodiosa de un(@) artista, el canto de los pájaros, el sonido de las olas del mar, el balbuceo de un recién nacido y la bendición de una abuela.
Cuando estamos en estado de meditación o leyendo, al cuerpo le gusta escuchar algo suave como la música clásica. Cuando nos estamos divirtiendo, le gusta lo bulloso como el merengue, la salsa, la bachata o el reggaetón. 5.- el tacto : es el sentido que se percibe a través de toda la piel. Por este sentido, al cuerpo le gusta que le den un buen masaje, que le hagan cosquillas, que le rasquen el área donde tiene una comezón (sea en los oídos, en la nariz, en los ojos o entre los dedos de los pies y si hay sicote activo mucho más),que le den un buen baño con agua fresca y que le den un cariñoso abrazo.


Hay muchas otras cosas que le gustan al cuerpo y que entran por varios sentidos al mismo tiempo, como los son el reír, bailar, jugar, cantar, dormir, desbeber, descomer, bostezar o llevarlo de vacaciones a descansar. Pero, en realidad, la cosa que más le gusta al cuerpo y que le da gusto a través de los 5 sentidos es la de fabricar muchachitos.


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El Milagro de la Pierna Rota

Mamá nunca se equivocaba.

Se lo había dicho muchas veces : primero está Dios y después las cosas del mundo-

Pero Mingo no hacía caso, era testarudo cuando se trataba de defender sus puntos de vista. La verdad es que el béisbol era su pasión desde pequeñito. Lo practicaba a diario en la calle aparando pelotas, chocando una pelota de goma contra la pared de la casa de los Llibre, en el solar de enfrente, en la escuela Antera Mota, en el play del lodo de La Draga…Donde quiera que se pudiera.

En esos días Fabio González le había pedido a papá, que dejara a Mingo formar parte del equipo de la Liga del Atlántico que acababa de fundar. Papa, como fanático amante de ese deporte, de inmediato le dijo que sí y mi hermano se puso contentísimo por eso.

El le dijo a mamá que ese domingo tenia que jugar en el play del Tenis Club, porque quería demostrar que a sus quince años de edad era el mejor fildeador y bateador del equipo.

Mamá le dijo que recordara que los domingos en la mañana eran días para dedicárselos al Señor. Y le repitió : Primero Dios…

Mingo, no perdía la esperanza de convencerla y persistía en su afán de conseguir su permiso.

-Mira Mama, tú sabes que hoy se va a escoger a los mejores jugadores del equipo y yo no puedo dejar de ir.

-Mingo, irás a jugar después que vayas a la Escuela Bíblica-le replicó.

Se quedó mudo, cambió de color, tragó saliva, porque sabia que ella era drástica cuando se trataba de hacer cumplir los deberes cristianos, pero no dijo nada. Mamá lo miró de reojo y le vio su carita engurruñada Ese domingo el juego comenzaba muy temprano y si llegaba tarde no podría demostrar que el podía ser jugador regular del equipo recién formado.

Ese domingo se levantó tempranito, mucho antes de que amaneciera. Ya mi abuela Mamapancha había colado el café. Se tomó una taza. Recogió su guante y se puso la gorra. Abuela le dijo que esperara unos plátanos que tenia puestos en la paila. Le dio las gracias, le besó la mano y se marchó silenciosamente.

Fue el primero que llegó…

Se puso a correr hasta que comenzaron a llegar los otros. Ahí estaban –entre otros- los hermanos De la Cruz –Chichí y Niní-, luego, Diego Frank Hurtado, Pedro Pablo Martínez (Muto), los hermanos Pérez Cortiñas -Ricardo (Caica) y Felipe-, Amir Santiago Musa, Rómulo Briceño, Emilio Folch, Ramón Antonio Sánchez (Monchy), Fausto Mella, Samuel Martínez Carrasco y Víctor Gilbert.

Ya en pleno juego, en la segunda entrada, Mingo bateaba, cuando logró conectar un fuerte roletazo por la línea de tercera, el cual fue interceptado estupendamente por Chichí de la Cruz. Corrió hacia la primera base y allí José Antonio Carrau, que había extendido su cuerpo hacia delante para agarrar la bola que se desplazaba algo desviada, recibió un choque casi de frente, de pierna contra pierna, lo que hizo que éstos cayeran estrepitosamente al suelo con muecas de dolor dibujadas en sus rostros.

Los dos se desplomaron. Carrau se levantó de inmediato, pero Mingo continuaba tirado en el suelo y se le veía en la cara que había salido perdiendo.

Lo recogieron y decidieron sacarlo del juego. A el no le gustó eso, pero en realidad le dolía mucho y aceptó. No creía que la pierna estaba rota, pero era evidente que había problemas.

A mi hermano Ramón le vocearon desde allí -porque trabajaba en la compañía La Limonera que quedaba al lado- que a su hermano lo habían herido –al menos eso fue lo que él entendió- y en menos de 30 segundos llegó alterado, guayando las gomas del camioncito, pensando que se trataba de una trifulca en la que lo habían golpeado.

Cuando todo se aclaró, lo recogió y se lo llevó a la casa. Mamá aún estaba en la iglesia, pero cuando llegó, simplemente lo miró con aquella mirada de “-te lo dije…”-y comenzó a aplicarle en la pierna un potaje de Vick Vaporub con Pomada de vaca.

Ella se dió cuenta de que la pierna estaba mal, porque se le notaba muy inflamada y algo desviada, pero a Mingo se le metió en la cabeza de que estaba bien y no quiso ir al viejo hospital Ricardo Limardo de la calle El Morro.

Al otro día, en horas tempranas de la mañana, luego de una noche entera sin dormir por el dolor, le dice a mama :

-Mama, mande a buscar a Mister Meskus, para que me haga una oración. Yo se que me el me sanará-

A mamá le pareció muy buena la idea y de inmediato le encomendó a Ney que corriera donde Pablo el Cochero y fueran a buscar a Don Lesli a su casa.

Este, como siempre, amable y solidario con todos los que lo necesitaban, vino en seguida a nuestra casa. Vió la pierna de Mingo y le dijo :

-parece que está rota…

En solemne silencio se inclinó hacia él, puso sus compasivas manos sobre la pierna afectada, y comenzó a orar. Unos cuatro minutos después, al terminar su oración, Mingo dormía plácido y parecía estar sin dolor.

Mister Meskus lo despertó y le dijo :

-Mingo…Daniel Domingo… despiértate.

Mingo abrió los ojos.

-¿Cómo te sientes? -le preguntó Don Lesli.

-¡Bien, muy bien, ya me sané!-

-Bueno, -le respondio el Pastor-

Ya el Señor hizo la parte que le tocaba, ahora vamos a llevarte al hospital-

Mingo le dijo :

-Pero Don Lesli, ¡si ya estoy sano!

-Si, así es. Dios hizo el milagro. Ahora le toca a “sus ayudantes” –los médicos- hacer lo que él les enseñó y quizás tengan que enyesarte tu pierna-

Mingo, el penúltimo hijo varón de mamá, ya sereno por las palabras tan sabias y reverentes de Don Lesli, se levantó sobre su pierna sana y dijo que estaba listo para que lo llevaran.


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El Chofer de los Síndicos

Yo había ganado la confianza entre mis compañeros -síndicos y regidores- que pertenecíamos al PLD en la provincia de Puerto Plata, de ser el mejor conductor de todos, lo que me obligaba a aceptar la encomienda de conducir el autobús que alquilábamos para ir a Santo Domingo cada vez que se nos convocaba a las reuniones del partido, para tratar los temas que se relacionaban con los ayuntamientos.
Muy de madrugada esperábamos la llegada de la gente de Sosúa, el compañero Rafael –Cuchi- Mazur y dos regidores y en Puerto Plata recogía a los nuestros –Cándido Marmolejos, Wady Musa y Marcos Fernández. Luego en Imbert, montábamos al sindico de allí -el profesor Javier Cruz- y los regidores que nos esperaban pacientemente.

En muchas ocasiones llegábamos primero, mucho antes que todos los de las otras provincias y del Distrito Nacional, a las reuniones, porque para eso nos poníamos de acuerdo en levantarnos muy de madrugada, lo que nos permitía sentarnos en los mejores asientos del salón donde se celebraría el acto, que eran los que estaban más cercanos a la mesa principal donde se sentaban el compañero Juan Bosch, los miembros del Comité Político y los del Comité Central.

En una ocasión, en la cual casi todos nos levantamos algo tarde porque la noche anterior nos habíamos reunido hasta altas horas de la noche en el local del puente de La Guinea a unificar criterios alrededor de los temas a tratar en la capital, yo tuve que tomar la decisión de manejar un poco más rápido de lo normal para poder llegar a tiempo. Cierto era que iba conduciendo temerariamente, quizás a unos 110 o 120 kilómetros por hora.

Todos íbamos calladitos o hablando en voz baja, aún era de madrugada, el sol no se decidía a levantarse y no terminaba de amanecer, cuando Cuchi –el Síndico de Sosúa- un poco alterado, me voceó desde la tercera línea del autobús, que bajara la velocidad, porque voy muy rápido y además, que “él chequeó las gomas del vehículo y están demasiado lisas”. Yo no le hice caso porque aún nos faltaba una gran distancia por recorrer y ya eran las 6.45 a.m. Cuchi, gritando con más fuerza, vuelve a llamarme la atención, cuando se me ocurrió preguntarle al Síndico de Imbert -el profesor Cruz- que si él creía que yo iba manejando muy rápido. El Profesor, que venía con los brazos cruzados, casi durmiendo, recostado en su sillón de la cocina de la guagua (el último de la fila) sin abrir los ojos, me contestó con esa calma extrema que lo caracteriza :

-“Tira pa’lante Santana, no te preocupes, que yo estoy viviendo horas extras”-

Yo al escuchar aquella frase lapidaria y profunda, pegué un frenazo y de inmediato bajé la velocidad de la marcha hasta unos 80 kilómetros por hora.
Desde ese momento aprendí que en la vida, por más desesperados que estemos por llegar a la meta, es mejor ir despacio y seguro, que no temeraria e intranquilamente, porque podría ser que nunca llegáramos.


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martes, 7 de julio de 2009

OJO POR OJO y a pedradas limpias...

Transcurrían tensos los días finales de la primavera del año 1959 en los cuales se desarrollaba una lucha patriótica entre el Ejercito Dominicano y los valientes combatientes que llegaron por Maimón el 14 de Junio.

Desde la segunda planta de nuestra casa – la número 75 de la Calle Beller- podíamos observar las humaredas que producían los bombazos lanzados por los aviones P-51 de la Fuerza Aérea Dominicana contra los despectivamente llamados barbudos.

Frente a nosotros vivía el Dr. José Augusto Puig, conocido opositor al tiránico régimen, el cual era considerado un hombre peligroso por Trujillo, por lo que a todas horas del día había un patrullaje intenso de carritos marcas Wolkswagen del Servicio de Inteligencia Militar, los cuales, cumpliendo labores de vigilancia, subían y bajaban continuamente por ese tramo de la calle.

Al lado nuestro –en la casa no. 73- vivían don Hugo González y su esposa doña Kleria Troche y en la casa no. 77, vivían don Luís Salvador Valdez y su esposa doña Carmen Bournigal. Dos jóvenes matrimonios, que para ese momento ninguno de sus hijos tenía más de 3 años.

Detrás de nuestras casas estaba un sector en el cual habitaban varias familias que eran fanáticamente genuplexas al odioso régimen. Ellas habían recibido la orden de aterrorizar a la familia Puig-Miller.

Todas las noches, alrededor de las 9, se comenzaban a caer pedradas sobre su casa, pero muchas de ellas caían en las casas que les quedaban alrededor. Mamá, cerraba todas las puertas y ventanas que daban hacia el punto desde donde las lanzaban, temerosa de que alguna de ellas nos golpeara.

Pasaban días y semanas, hasta que, ya enervado de la molesta situación, don Luís Valdez convocó a mis hermanos –Roberto, Jorge, Manuel y Daniel- a una reunión secreta. Debía de ser así, dada la situación tiránica que vivía el país, pero también tenia que ser sin el conocimiento de mi papá, que de seguro se opondría, porque no era hombre de meterse en problemas.

Don Luís, les planteó a mis hermanos la necesidad de acabar con aquello de una vez y por todas. Ellos estuvieron de acuerdo y de inmediato discutieron la manera en que debían hacerlo. Llegaron a la conclusión de que el mejor método a seguir era aplicarles el ojo por ojo y diente por diente a la agresión de los vecinos trujillistas.

Aprovechando ese día en que papa no estaba, recolectaron todas las piedras que había en nuestros patios y formaron una larga y formidable pila de las que pudieran tener la mejor capacidad de persuasión. Estas debían tener un tamaño no mayor de 10 centímetros y pesar alrededor de una libra, cosa de que al ser lanzadas pudieran desplazarse sin problemas hasta el terreno de los agresores.

Eran ya como las 9 de la noche y todos estaban en la habitación muy tensos, pero emocionados, esperando que sonara la primera pedrada.

Pasaba el tiempo lenta y silenciosamente. No se escuchaba nada…

La campana del reloj de la catedral sonó 10 veces. Ya la actividad se iba a posponer para el otro día, cuando de repente se escuchó un golpazo en el techo de la casa del doctor.

Ahí comenzó la guerra...

De inmediato y con las luces apagadas, mis hermanos se tiraron de las camas, corrieron al patio y se alinearon hacia el Sur, en posición de combate. Comenzaron a disparar decenas de sólidas ñongas hacia el territorio desde donde venían las otras.

¡Aquello era espectacular! Por cada 3 piedras que caían para este lado, se lanzaban doce o trece hacia el otro lado.

Cuando todo quedó en silencio, mis hermanos -calladitos- se fueron a acostar, sin decirle una palabra a mi mama, que ya roncaba.

No tengo que decirles lo que pasó, porque tal y como ustedes suponen, nunca jamás se escuchó caer una piedra sobre la casa de la familia Puig-Miller pero tampoco sobre las nuestras.

Aunque la Ley del Talión es condenada por todos, a veces es necesario usarla…
¡Y hasta funciona bien…!


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Por poco me daña mi cumpleaños

-¿Pero que te pasó, porqué lo hiciste? ¡Tú no eres así, es la primera vez que te pasa esto!- me increpaba mi mujer.

Sentado en una silla destartalada de una celda del destacamento, un policía me vigilaba de cerca. Ciertamente nunca había pasado por esto. Estaba sorprendido conmigo mismo. Yo no soy así. Sólo recuerdo que perdí los estribos cuando encontré a un niño con el rostro patéticamente demacrado, porque un guardia de seguridad de aquel establecimiento comercial acababa de destruirle sus aguacates. Recuerdo haber visto por la ventanilla de mi carro cuando aquel malvado le metió con rudeza el pié izquierdo en su canastita.

Este día me había sentido feliz, aunque algo tenso, porque la gente comenzaba a llegar a la casa y aún no había nada que brindar. Llevaba en el vehículo las bebidas, las servilletas, el hielo y los vasos. Las picaderas estaban listas, mi mujer se había pasado el día preparándolas.

Yo había planeado esta fiesta con mucha anticipación. De hecho, desde que comenzó el año estaba ahorrando monedas de 25 pesos en una alcancía que compré en la tienda de cachivaches de la avenida colón. A mí siempre me ha gustado celebrar mis cumpleaños, pero éste tenía algo especial. Sucede que desde que comenzó el año estuve pensando en que mi padre tenía esa edad cuando yo nací. Meditaba, que para un hombre de 56 años y 24 hijos, tener otro más no es cosa normal. Obviamente a él le deleitaba engendrar y si estoy aquí contando esto, se debe a su agradable hábito. Por supuesto que tenía que encontrar a una mujer que también le gustara y halló a mi madre, la cual se pasó su vida criando.
Al final de la tarde sólo me faltaba comprar un queso de cabra y unas aceitunas, cuando vi al guachimán meter violentamente su pata izquierda en la canasta del niño y de inmediato se retiró algo avergonzado, porque notó que yo había visto la escena.

El niño quedó azorado, quería llorar y no podía. La carita de ángel que instantes antes tenía, le cambió. Le tomé la mano fría y le pregunté si había hecho algo malo. Me dijo que no.

–Lo que pasó fue que ese señor me pidió aguacates y yo le dije que no podía porque eran para venderlos y llevarle el dinero a mi madre para comprar la comida de mis hermanitos y entonces él se puso bravo- comenzó a llorar.

Me sentí tan, pero tan mal, que perdí el sentido de la realidad, el corazón se me aceleró y mi respiración se cortó. Le regalé 100 pesos para que se retirara del lugar.

Entré. Fui directo donde el abusador y sin que se imaginara lo que yo iba a hacer le encajé una patada tan certera entre las piernas que el tipo cayó al suelo golpeándose la cabeza ruidosamente. Yo iba a seguir pegándole, pero alguien que me conocía me agarró. Una patrulla que por casualidad pasaba por allí me apresó. No me resistí.

Cuando el fiscalizador llego al cuartel, me preguntó lo ocurrido y le conté. Se enfureció y dando la orden de que me dejaran en libertad dijo:

-¡Lo que él le hizo es poco para lo que yo le hubiera hecho!- Y dirigiéndose a los policías les ordenó: ¡búsquenme a ese abusador de inmediato!

Me sentí tan emocionado que lloré durante un rato. Pero esa noche celebré mi cumpleaños como nunca antes lo había hecho.

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HISTORIA DE LA TERNURA

No creo que nadie haya tenido una madre como la mía. Ella resumía en sus acciones todo el amor que una persona puede dar a otros, antes que pensar en ella. Su solidaridad y entrega total a todo lo que asumía y su ternura y afecto hacia todos los que le rodeaban, era inconmensurable. Parió a 10 hijos y crió a más de 20. Su casa era de todos. Los domingos preparaba alrededor de 25 platos para alimentar a toda la familia y los amigos y hermanos que llegaran. Nunca la vi discutir con nadie
acaloradamente, aunque sí defendía con pasión sus creencias. Todos los que la conocieron pueden dar testimonio de que lo que he dicho es la verdad. Ella marchó sonriente a la eternidad el 10 de Mayo del 2006, a los 94 años de edad.

Ahora, en que muchos vamos a conmemorar y otros tantos a celebrar el Día de las Madres, les traigo este poema que escribí
para ella :



HISTORIA DE LA TERNURA





Fraguaste con amor nuestros destinos en duro batallar, madre valiente.

Puliendo con fervor y suaves mimos los 10 magníficos frutos de tu vientre.

Con honda reflexión diste consejos que al cabo de los años he comprendido.

Sabia virtud que florece desde muy lejos y me ayudan a cuidar los pasos míos.

Tu intuición de madre prodigiosa lograba captar de todos lo mas íntimo,y adivinando siempre una pregunta, fluía tu enseñanza con gran tino.

Nunca llegó el hastío hasta tu vida; siempre insististe en servir con gran afecto.

Parecías sonreír y suspirabas, y en tus ojos se palpaba un brillo eterno.

En tu hogar los domingos -como siempre- dispusiste para todos de alimento.

No permitiste jamás que alguien quedara sin recibir de tus manos el sustento.

En silencio soportaste largas horas de dolor, de tristezas y amarguras.

Pues de tus hijos, a dos los añoraste, cuando al cielo se marcharon con premura.

En el invierno de tus días persistieron todos los bríos de amor que dió tu pecho.

Y sin respiro procuraste con encanto consolar a todo aquel que vieras enfermo.

Fuiste Madre la paz de mis interiores.

En ti puso El Señor tanta dulzura, que si acaso me acechara algún tormento,
lo atenuaré recordando tu ternura.




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